Para la maravillosa obra del Maestro Billy Wilder, Previn creo una banda sonora desenfada y alegre, muy acorde quizás a la personalidad de la protagonista, una música por una parte excesiva y patética, desde un punto de vista claramente irónico, y por otro lado tierna y amable, especialmente en lo que respecta al obstinado amor entre el gendarme y la prostituta.
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