sábado, 16 de octubre de 2010

Krull - James Horner


La leyenda de la épica "horneriana" empieza a gestarse en este indecente filme fantástico, que cuenta con una de las más impresionantes bandas sonoras dentro de la carrera del susodicho. Mi relación con Horner es compleja. Idolatro su talento compositivo y sus magistrales composiciones, y le tengo por un gran genio de la música sinfónica, pero cuando se pone a autoplagiarse me rompe el corazón. Les invito a buscar las 0 diferencias entre los temas iniciales de El Hombre Bicentenario y Una Mente Maravillosa. En cuanto a sus "inspiraciones" (copias) en obras de otros compositores (Nino Rota, Khachaturian, Shcuman, etc), entiendo que no están hechas para llevarse él mismo el mérito, lo cual es algo, francamente, infantil e impensable desde el punto de vista de un cierto nivel intelectual que le supongo a Horner, de modo que solo queda admirar su cultura musical y el modo en que arregla las composiciones de otros, sin ninguna mala intención, para integrarlas en sus propias obras.
De cualquier modo, hasta que se demuestre lo contrario, Krull es íntegramente suya. La partitura de Horner es épica, grandiosa y compleja, y aúna audazmente un sentido futurista y moderno con una sonoridad clásica. Parece mentira que alguien se haya preocupado en derrochar tanto esfuerzo y creatividad en semejante bazofia fílmica. Lo achacaré a la profesionalidad.

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