lunes, 29 de noviembre de 2010

Black Swan - Clint Mansell


Mansell se vuelve hacia la orquesta y el ballet clásico. Su partitura conjuga música original sinfónica inspirada en el ballet clásico (esencialmente y como es lógico, el Lago de los Cisnes) junto con momentos musicales de la propia obra maestra de Tchaikovsky. Pero el músico inglés no pierde tampoco el estilo que tanto le caracteriza, y lo utiliza sobre todo para crear tensión, como fuerza dramática. Este pastiche al final resulta refinado, sutil y apropiado, conque, a escuchar y disfrutar.




jueves, 25 de noviembre de 2010

Birth - Alexandre Desplat


Es esta una partitura en la que Desplat se muestra plena y excelsamente minimalista. Para esta sugerente banda sonora, el parisino construyó una elaborada e intrincada trama de melodías y armonías repetitivas y obstinadas que expresan, ciertamente, emociones confusas pero poderosas, coronadas por momentos musicales de gran lirismo y exaltación. Apreciamos aquí todos los motivos desplatianos: los ostinatos, pulsos electrónicos, el frecuente y elocuente uso de los timbales, la sublime elegancia de las melodías... Una delicia para los oídos dispuestos a disfrutarla.


The Russia House - Jerry Goldsmith


Obra maestra del de la Coleta Blanca que fusiona el poderío romántico de la orquesta con el liderazgo jazzístico de un evocador saxofón y diversos recursos sonoros no ortodoxos (y me estoy refiriendo a sonidos electrónicos y de diversa índole) para crear un ambiente de intriga y amor inundado en nostalgia.



jueves, 18 de noviembre de 2010

127 Hours - A. R. Rahman


Podría verter muchas opiniones acerca de la música de Rahman, pero todas se resumen en una sola frase: lo siento, no me gusta.
En cuanto a su creación para la nueva película de Danny Boyle (se ve que han querido repetir después de, en mi opinión, la película más sobrevalorada de la historia, Slumdog Millionarie, rebosante de encomios injustificados), aunque la cinta, en efecto, sea nueva, la música no lo parece. Es lo mismo que la otra vez. "Música" plagada de ruiditos modernos, ritmos machacones y hasta melodías y armonías hindúes (aunque me han dicho que la película transcurre en Utah). Si la banda sonora de Slumdog Millionaire ya me parecía un fiasco, entonces esta, que es lo mismo, pero sin señoras chillonas y con menos canciones firmadas por el compositor (de hecho solo hay una de éstas últimas -y agradezco a la Providencia por ello), me parece directamente un insulto para aquellos compositores que realmente se toman en serio su trabajo y no solo pretenden crear un bonito espectáculo pirotécnico que atraiga, cual campo magnético, a las estatuillas doradas a sus brazos.
En cuanto a la canción, "If I Rise", la verdad es que es un puñetero coñazo, por muchas vocecillas infantiles y ambiente chill-out que se gaste.
Lo único que realmente merece la pena del álbum son las canciones no compuestas por Rahman, y, por supuesto, el más brillante track es el Nocturno Op. 9 No. 2 de mi adorado Chopin.
En fin, esta es mi opinión, pero ustedes, escuchen y juzguen.



sábado, 13 de noviembre de 2010

The Special Relationship - Alexandre Desplat



Este es un Desplat rutinario, repetitivo, cansino incluso. Se le perdonará el poco esfuerzo que ha puesto en juego para la banda sonora de este telefilme, que sirve únicamente de acompañamiento ambiental. La música goza, eso sí, de los tics desplatianos y de su inconfundible sello, pero nada más es destacable en ella. En fin, aquellos que gusten del minimalismo que emplea usualmente el francés, probablemente disfruten de la obra, pero, en cualquier caso, no hasta el deleite.



Sleuth - John Addison



Addison, fiel a su peculiar estilo, utiliza una melodía dinámica y teatral a modo de inicio de su obra y posteriormente introduce una música de aire barroco a modo de tema principal.
La intención de la elección de Addison al aplicar este tipo de música a un filme de intriga quizás sea remarcar el carácter de macabro juego que toma la película. Detrás de su apariencia festiva, no obstante, no se halla alegría ni buena voluntad, no hay optimismo, el ritmo circense de Addison posee en este caso una maldad subyacente,  un trasfondo ominoso e inquietante.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Hereafter - Clint Eastwood


Como es habitual en la filmografía del aclamado e incombustible director/compositor, la banda sonora de su nueva película gira en torno a una melodía intimista, suave y dulce, evocadora y muy pausada, tranquilizadora, acariciante, como una nana nostálgica que quiere ser triste sin perder las formas, utilizando preferentemente el piano y la guitarra (y esta vez, como novedad, también el apartado de cuerda frotada) para hipnotizar y conmover al oyente con su sutileza.



Sideways - Rolfe Kent



Composición que se sustenta en melodías ligeras de aires pop y estilo jazzístico, con propósitos meramente ambientales; si acaso pretende potenciar en cierto grado una sensación de optimismo o desenfado. Bastante interesante banda sonora, si lo que se pretende es escucharla de fondo haciendo cualquier otra cosa.



Gods And Monsters - Carter Burwell


En mi opinión, la mejor composición de Burwell. No soy un gran fan de sus trabajos. Sus melodías ingenuas y sus armonías vagas, en general, me disgustan. No soporto lo que hizo en Where the wild things are y sus partituras para los Coen las soporto y disfruto porque están en películas de los Coen, pero, en fin, de vez en cuando tiene golpes de genio (In Bruges, Rob Roy, y por supuesto, Gods and Monsters).
Gods and Monsters es una partitura homogénea y nostálgica, que se diluye en el fujo temporal: se prolonga hacia el infinito con un cariz evocador del pasado, como una especie de paradoja o ironía trágica del destino. Este es el gran acierto de Burwell. Parece una creación austera y simple a primera vista, pero guarda en realidad mucha significación profunda, que cobra sentido al unirse a la película. Esa es la gran virtud de las bandas sonoras, que tratan de dar un ambiente, un significado, una emoción a las imágenes para conducirlas a través de una historia, y por eso pienso que la banda sonora de Gods and Monsters es algo así como una pequeña obra maestra.

The Honey Pot - John Addison


Para la película de Mankiewicz, el compositor británico John Addison creó melodías dinámicas, desenfadadas y siempre agradabes, que viajan desde sarcásticas y divertidas referencias a la música italiana, pasando por el sinfonismo serio y llegando incluso a sonidos cercanos al jazz.




jueves, 11 de noviembre de 2010

*batteries not included - James Horner



James Horner se vuelve jazzy. En *batteries not included, el californiano aplica música de big band  en aras de dotar a su partitura de un curioso efecto cómico, sardónico, resaltando a su vez la componente fantástica de la película. La banda sonora contiene también una contraparte sinfónica, más seria, y, digamos, más típica del género fantástico. En resumen, un correcto trabajo de Horner que llama la atención por ser bastante distinto a lo que suele hacer normalmente.

domingo, 7 de noviembre de 2010

A Patch of Blue - Jerry Goldsmith


Aquí Goldsmith se vuelve suave, ligero y sutil. Su música tiene en A Patch of Blue una carga de inocencia similar a la que imprimía Bernstein en su partitura para To Kill a Mockingbird, que en su caso hacía alusión a los infantes, mientras que Goldsmith aplica la ingenuidad, la desnudez de la emotiva música al mundo interior de la protagonista. El uso de la armónica en esta partitura me recuerda a un sonido similar que utilizaría Goldsmith más adelante, en su también maravillosa banda sonora para Magic.



Star Trek: The Motion Picture - Jerry Goldsmith


La verdad es que no sé qué decir. Es el Maestro de la Coleta Blanca desplegando todo su genio y creando una de las mejores bandas sonoras de la historia., musicalmente innovadora y con una magnífica instrumentación. La fanfarria inicial, además de icónica, es de obligada escucha. 
En fin, poco hay que comentar. Simplemente, escúchenla y disfruten de una grandiosa obra sinfónica compuesta por uno de los mejores músicos del cine.



sábado, 6 de noviembre de 2010

The Way We Were - Marvin Hamlisch



Banda sonora romántica, beneficiaria del tono jazzístico de Hamlisch, cuyo principal aliciente es la magnífica canción con que abre y cierra la creación del maestro neoyorquino, The way we were, interpretada por la talentosa y polifacética Barbra Streisand.
Cabe destacar que por esta banda sonora y canción, Hamlisch ganó dos de sus tres Oscars (el tercero fue el mismo año con la banda sonora adaptada de The Sting).